Luis Eduardo Cestac es el Fundador de las Siervas de María del Colegio Notre Dame en Burlada. Nace en Bayona (Francia) en 1801 en una familia cristiana y unida. Su vida quedará marcada por su educación familiar y en especial por la atención a los pobres y el compartir con ellos lo que tiene. A los 15 años entra en el Seminario Su trayectoria es la de un alumno de talento: músico, apasionado por las matemáticas, la filosofía… Se ordena sacerdote el 17 de diciembre de 1825: él consagra sus manos, su corazón, toda su persona” a la Virgen María.
Joven sacerdote: un pionero
A los 30 años es nombrado Vicario en la catedral de Bayona encargado de los pobres del suburbio. Afectado particularmente por la situación de las niñas abandonadas, él responde a esta llamada de Dios, recibiéndolas muy pobremente en un local prestado. Además otra fuerte situación lo vuelve a afectar, lo que le lleva a recibir a dos jóvenes prostitutas que desean dejar la calle. Después de rezar y discernir, sin medios y generalmente criticado, él tiene la inspiración de “darles una familia”, cuenta con dos apoyos: la de la Virgen María, su inspiradora, su sostén y algunas voluntarias, incluyendo su propia hermana Elisa.
Nuestra Señora del Refugio
Luis Eduardo Cestac no tiene un proyecto preestablecido, reza y discierne el plan de Dios. El 19 de julio de 1838, peregrina a un santuario de la Virgen de Buglose, en las Landas, para pedirle el dinero necesario para recibir a esas jóvenes. Él escuchó de Ella estas palabras: “No me pidas sino mi espíritu” De ahora en adelante toda su vida estará marcada por esta experiencia convencido de que todo será la obra de María. Con un crédito compra en Anglet una propiedad que se convertirá en Nuestra Señora del Refugio. Contra las costumbres del tiempo, estas jóvenes trabajan al aire libre, sin muros ni clausuras, ellas encuentran sobre todo una vida familiar.
Fundador a pesar de todo
Las educadoras voluntarias hacen una elección de los valores evangélicos que él vive y propone. El 6 de enero de 1842, catorce de ellas, hacen su primer compromiso religioso: es así como se funda la Congregación de Siervas de María. En 1851, la familia se enriquece con una comunidad contemplativa, el Monasterio de San Bernardo. Ella nace del deseo de algunas “jóvenes arrepentidas” que quieren vivir totalmente consagradas a Dios, en silencio, oración y trabajo.
Un educador sabio
Después de recibir a las niñas y jóvenes en dificultad, contribuye a su educación y a la de otras chicas del campo, le parece importante este trabajo para ir al origen del problema. A partir de 1950, LEC abre y desarrolla escuelas rurales para chicas. Él vela porque la educación esté fundada en el respeto de la persona, de su libertad, en la firmeza y la dulzura, en el trabajo bien hecho y sobre todo busca que las niñas y jóvenes aprendan a conocer, amar y rezar a María, para llegar a ser otros Jesús.
Hombre de Oración, Servidor de María
Luis Eduardo Cestac entiende que debe ser ante todo un hombre de oración. El aconseja rezar antes de tomar una decisión. Esta oración se dirige muchas veces a través de María: tiene confianza sin límites en esta madre.
Un hombre de relación
A lo largo de su vida, Luis Eduardo Cestac establece numerosas relaciones y de manera especial con sacerdotes que deseaban la presencia de las Siervas de María en las diversas diócesis de Francia y España. Él se rodea de buenos consejeros antes de tomar una decisión
Amigo de los pobres
«Mi vida pasó en medio de los pobres y pequeños; los amo y siento todo lo que se les debe de interés y de amor” En todo momento él tiene la preocupación por la justicia, la dignidad y el respeto de cada persona. Hombre sensible y de gran bondad, dio todo lo que tenía y se hizo todo por todos.
Un testigo para nuestros días
Por todos los lugares donde pasó, Luis Eduardo Cestac sembró vida. Muere el 27 de marzo de 1868 en Nuestra Señora del Refugio. Hoy, nuestro mundo sigue conociendo, aquí y en otros lugares, los desafíos a los que intentó responder: respeto a la vida y de todo ser humano, respeto de los derechos del niño y de la mujer, defensa de la naturaleza…
Fue beatificado el 31 mayo 2015 en la Catedral de Bayona.