¿Dominicos y dominicas que no son monjas ni frailes? ¿Te imaginas que te atrae el estilo de ser cristiano de los dominicos, pero quieres vivir tu fe en la calle, en el trabajo, en la familia…? Si así fuera, no te preocupes, no te estaría pasando nada raro. Lleva siglos ocurriéndole a muchos cristianos y cristianas.
Desde que se fundó la Orden de los dominicos ha habido muchos cristianos que han querido vivir su fe en ella, no como frailes ni como monjas, sino como laicos, en medio de los quehaceres de cada día. En realidad, incluso antes de que se fundara. Cuando Santo Domingo predicaba por el sur de Francia allá por los primeros años del siglo XIII, los primeros que se le unieron para ayudarle fueron: el grupo de mujeres que originaría la primera comunidad de monjas en Prulla y algunos laicos que le prometieron fidelidad y que se entregaron a la misión desarrollada por Santo Domingo.
Fraternidades Laicales de Santo Domingo
La Orden de Predicadores está formada por frailes, por monjas y también por laicos. El estilo de vida cristiano iniciado por Santo Domingo sirve de inspiración no sólo a los que se sienten llamados a la vida consagrada, sino también a los que son llamados a vivir su fe permaneciendo en el ritmo de vida de lo cotidiano. Esta es la riqueza y la fuerza del carisma dominicano.
Los laicos de la Orden de Predicadores expresan su pertenencia y compromiso plenos con la misma haciendo una promesa al Maestro de la Orden, que es el sucesor de Santo Domingo. Constituyen la rama laical de la Orden, hoy denominada Fraternidad Laical de Santo Domingo . Forman comunidades cristianas llamadas “fraternidades” en las que se comparte la pasión por la oración, por la búsqueda de la Verdad, por la dignidad humana y por la predicación el Evangelio.
Algunos de ellos han dejado una huella muy importante en la vida de la Iglesia a lo largo de la historia: Santa Catalina de Siena, Santa Rosa de Lima, Beato Pier Giorgio Frassati, Giorgio La Pira,…
Movimiento Juvenil Dominicano
En los años noventa del pasado siglo XX grupos de laicos jóvenes próximos al carisma de la Orden de los dominicos dieron origen, en numerosos países, también en España, al Movimiento Juvenil Dominicano, más conocido por sus siglas MJD. Los jóvenes que se acercan al MJD encuentran en sus grupos una oportunidad para profundizar en el conocimiento de la espiritualidad de los dominicos y dominicas y, de esta manera, un camino de maduración de su fe cristiana.
Otros grupos de laicos de Familia Dominicana
Además de los laicos dominicos de las Fraternidades Laicales y del Movimiento Juvenil Dominicano, existen otros grupos de laicos que se sienten vinculados a la espiritualidad de los dominicos y dominicas.
De la Carta El Laicado Dominicano y la Predicación – 2014
Me parece que los laicos dominicos pueden permitir que la predicación de la Orden alcance más plenamente su finalidad por el hecho mismo de la realidad de la vida laica, y esto de varias maneras… su contribución específica a la predicación de la Orden viene de su experiencia de vida familiar y profesional, …
La diversidad de situaciones concretas en las cuales viven los laicos es también una riqueza muy grande para el conjunto de la familia dominicana. Ella permite en efecto no ceder a la facilidad con la cual podríamos representarnos las realidades humanas, personales, familiares y sociales de manera univoca, ni desde un punto de vista «teórico» que podría volverse normativo y reductor. Es en la experiencia concreta donde se plantean las cuestiones de vida de pareja, de educación de los hijos, de responsabilidad profesional, de precariedad del empleo, de nivel de vida económico, de compromiso político o social. Es también en lo concreto de la experiencia que se viven los duelos de un cónyuge o de un hijo, los momentos difíciles a veces de reorientación profesional, las etapas del paso a la jubilación, los dificultades de la vejez.
Porque todas estas experiencias están, en su vida concreta, en dialogo con su compromiso en la predicación del Evangelio, los laicos dominicos aportan una contribución sin igual a la comprensión de la Palabra de Dios en el seno de la familia dominicana.
fr. Bruno Cadore op